PATRICK WOODROFFE (CHEZ NOUS FROM "TINKER")

IV. PEDRO CHOSCO.


Esta tarde, le dijo el anciano a los niños que se encontraban sentados a su alrededor, os voy a contar la historia de Pedro Chosco.

Esperaba con ansiedad desde hacia varios días la luna llena, pues era muy grande el deseo que tenia de ver de nuevo al hombre de cristal. Me encontraba sólo y acostado, mis padres me habían dado ya, el beso de buenas noches. Cerré los ojos e imaginé al hombre de cristal. Apenas lo hube hecho, cuando de repente, apareció ante mi brillando como mil luces el hombre de cristal, le acompañaba un amigo suyo.


Abrí los ojos y el hombre de Cristal con su voz de música, me dijo, -hoy te presentaré a Pedro Chosco-. Pedro Chosco es el que trae el descanso y el sueño a todos los niños, sin la visita de Pedro Chosco ningún niño podría dormirse.


Pero si me duermo todas las noches sin que él me visite. -le dije yo-.


Efectivamente, me respondió el hombre de Cristal, te duermes porque el te visita y te hace dormir, lo que ocurre es que no te das cuenta que él está contigo porque es invisible y habla con voz de caricias. Para que lo pudieras ver ha adoptado esta forma que ahora tiene. Os dejo para que hableís, ahora tengo que marcharme, hasta pronto.


Pedro Chosco era más bien bajo, un poco regordete, su cara era redondita, tenia pelo rubio y rizado y cerraba mucho los ojos como si tuviese sueño.


Pedro Chosco se acercó, se sentó a mi lado en la cama y me habló con voz de caricias muy suaves. Yo te conozco muy bien, comenzó diciéndome, todas las noches te he visitado aunque tu nunca me has visto y es lógico que no pudieses verme, porque soy invisible, a pesar de todo me sentías.


Al oir aquello, moví la cabeza de un lado a otro, indicándole que tampoco lo sentía.


Pedro Chosco, se puso a reír y cuando paró de hacerlo, me dijo, -¿Por las noches antes de dormir no sientes como se te abre la boca varias veces, no te rascas la cabeza y la barriga?.


Sí, le respondí.


Y no se te cierran los ojos como si te pesaran los párpados muchísimo?.


Sí, le respondí otra vez.


Yo soy el que te hace todo eso.


Al oírlo me quedé asombrado. Después de reírse un poco, continuó diciéndome, y no te acuerdas cuando no quieres dormirte, que se te abre la boca y los ojos se te cierran y tú no quieres cerrar los ojos sino estar muy despierto y como los ojos se te cierran empiezas a ver doble las cosas.


Pues soy yo el que habla con voz de caricias para que te quedes dormido poco a poco sin enterarte, y aunque intentas permanecer despierto no lo consigues, porque yo soy Pedro Chosco el que trae el sueño y el descanso a todos los niños.


Estaba asombrado por todo lo que estaba oyendo.


¿Donde vives? le pregunté.


Vivo en un lugar al que nadie puede llegar, ni siquiera con cohetes que echan fuego. Yo vivo en el país del sueño, que está más allá del más allá.


Y donde se encuentra el país del sueño que está más allá del más allá?.


Para que lo entiendas mejor, te diré que el país del sueño que está más allá del más allá, se encuentra rodeado de un mar que no tiene orillas.


¿Nadie puede ir a él? -volví a preguntarle-.


Nadie puede ir al país del sueño, sólo nosotros podemos ir y venir cuando queramos. Sin embargo aunque los niños no pueden ir, siempre que tengan sueño, pueden llamarme con su imaginación, y al instante estoy a su lado para que se duerman.


Yo pensé que Pedro Chosco estaría muy sólo en el país del sueño, y le dije si no se aburría al vivir él sólo en el país del sueño.


¿Aburrirme yo? -y solto una carcajada -. En el país del sueño vivimos muchos Pedros Choscos, somos muchísimos, tantos como niños hay en el mundo.


!Tantos Pedro Chosco como niños! -exclamé


Si, desde el momento que nace un niño en la tierra, nace un Pedro Chosco en el país del sueño. Este Pedro Chosco le acompañará durante toda su vida para que se duerma.


¿Jugáis como nosotros, con columpios, bicicletas y juguetes?.


Jugamos y nos reímos mucho, pero son a otros juegos, son los juegos del sueño, que sólo nosotros podemos jugar. Cuando no estamos durmiendo con vosotros, estamos jugando en el juego del sueño.


¿Tenéis colegios y profesores? -le pregunté.


Nada de eso, no los necesitamos, nosotros sabemos todo lo que hay que saber, nacemos sabiéndolo todo, porque en el país del sueño que está más allá del más allá, se encuentra incluso más allá de la sabiduría, por eso no necesitamos colegios ni profesores.


¿Que coméis? -pregunté intrigado.


Los Pedro Chosco, comemos sueño, vosotros necesitáis dormir para descansar y reponer fuerzas, nosotros os hacemos dormir para que descanséis y como el sueño no os sirve después para nada, nos alimentamos de él. Así nos ayudamos unos a otros.


¿Coméis nuestro sueño?.


Claro, porque sino nos moriríamos de hambre, y si nosotros nos morimos de hambre, vosotros al no dormir, os moriríais de sueño. Todos los seres que existen están relacionados y unidos entre si unos con otros. Así la vida continua y sigue existiendo. Por ejemplo, si vosotros no nos imaginarais nosotros no existiríamos, vuestras vidas estarían llenas de tristeza y dejaríais de existir por causa del aburrimiento.


Permaneció un poco en silencio y continuó diciéndome, amigo mío, es la hora de dormir, voy a hablarte con voz de caricias suavecitas y dormirás como un pajarito durante toda la noche.


Así fue como conocí a Pedro Chosco que vive en el país del sueño. Y como sé que os ha gustado, el próximo día os contaré otra historia.

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